Consejos para elegir el cepillo de dientes

Consejos para elegir el cepillo de dientes

cepillo de dientes

Cepillos de dientes eléctricos, manuales, de mayor o menor dureza… Cada vez hay más tipos y las dudas crecen. ¿Cuál es mejor para mí? ¿Cómo debo cepillarme los dientes? ¿Cada cuánto hay que cambiar el cepillo? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos con más frecuencia y a las que trataremos de dar respuesta en este blog.

El cepillo eléctrico puede reducir más la placa bacteriana, la que produce caries y gingivitis, y el riesgo de abrasión del diente es más reducido porque están diseñados para evitar que se erosione su superficie, mientras que al usar uno manual podemos ejercer demasiada presión sobre el diente y dañar el esmalte.  Además, según la Fundación Dental Española, las personas que usan cepillos eléctricos suelen dedicarle entre un 20% y un 40% más de tiempo al cepillado.

Sin embargo, no todos los eléctricos son iguales. Los mejores son los que tienen un mecanismo rotatorio que permite llegar a la zona donde termina la encía y empieza el diente, que es donde más se suele acumular la placa bacteriana.

Todo esto, no significa que no podamos llevar a cabo una buena limpieza con un cepillo manual. De hecho, hay algunos casos en los que suele ser más conveniente evitar los eléctricos. Por ejemplo, después de una cirugía, cuando la zona está más sensible y dolorida, o para quienes tengan ortodoncia, para evitar que los brackets y los alambres sufran daños.

¿Cómo hay que lavarse los dientes?

Independientemente de que se utilice un cepillo eléctrico o manual, debe establecerse una rutina. Lo ideal es dividir la boca en cuatro partes y dedicarle a cada una de ellas 30 segundos de cepillado. Las organizaciones internacionales de salud recomiendan que cada vez que nos lavemos los dientes lo hagamos durante, al menos, dos minutos. De forma que con esta distribución nos aseguramos de cumplir esta premisa.

La lengua es siempre la gran olvidada en el cepillado de los dientes y es, sin embargo, uno de los focos de placa bacteriana más importantes, además de causar mal aliento. Por ello, es necesario cepillarla y hacerlo de dentro hacia fuera.

Aunque sin duda lo más importante de todo es cepillarse los dientes a diario y después de cada comida.

¿Cada cuánto hay que cambiar el cepillo?

Los cepillos, sean eléctricos o manuales, no debe superar los tres meses de vida útil. Las cerdas se desgastan y también pueden acumular bacterias. Es más, si se ha padecido algún tipo de enfermedad relacionada con la garganta o las vías respiratorias, lo mejor es tirar el cepillo una vez nos hayamos recuperado porque los gérmenes pueden acumularse en él y reactivar la infección.

Asimismo, para conservar los cepillos en buen estado es necesario enjuagarlos y secarlos bien después de cada uso para evitar la aparición de gérmenes.

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